Se confirmó la metamorfosis

Se confirmó la evolución del fútbol. Cuando Grecia ganó la última Eurocopa ya se atisbaba un principio de cambio: la creatividad y la inspiración dejaban paso al conservadurismo, al orden defensivo. El triunfo de Italia, quitando la honrosa excepción del Barcelona, concluye la metamorfosis. El fútbol se ha transformado en fuerza. En músculo. Ha sucedido lo mismo que en el tenis (basta con comparar a Sergi Bruguera con Rafa Nadal). Estamos en un nuevo estadio.

Ya hay voces discordantes con la filosofía de Italia. Sí, estéticamente es nula, pero si nos fijamos en el fin (ganar el Mundial) es, simplemente, perfecta. Ya se sabe, el fin justifica los medios:

--Ha recibido dos goles en contra en siete partidos (0.29 por partido).
--Ha marcado 12 tantos en siete encuentros, a una media de 1,7.
--Ha marcado un tanto cada cuatro tiros a puerta (48 disparos en total).
--Los 12 goles se han repartido entre 10 jugadores: Grosso (1), Del Piero(1), Toni (2), Totti (1), Iaquinta (1), Inzaghi (1), Zambrotta (1), Pirlo (1)y Materrazzi (2).
--Ha ganado cinco partidos y ha empatado sólo dos (ante Estados Unidos y Francia).

Para llegar al objetivo hay dos métodos: o apostar por el conservadurismo o tirar por la tremenda. En este Mundial, como en el resto de Ligas, son los primeros los que están triunfado. Italia, Francia, Portugal… Todas estas Selecciones han basado su juego en destruir y esperar. Máxima concentración. Otras, como Brasil, España o los combinados africanos, han optado por el frenesí y el ataque compulsivo. A éstas les gobierna el anarquismo. Basta con ver el gol que recibe Brasil en el partido ante Francia.

Los italianos, posiblemente, no pongan a un estadio en pie con su juego. Dan la sensación de no hacer nada del otro mundo. Pero son constantes, infalibles. Han construido su equipo desde atrás: desde el orden. Con Gattuso como pulmón, con Toni apoyando en la zaga, con Nesta aportando seguridad…

Y ésta es una forma tan honorable de alcanzar el objetivo como lo pudo hacer Brasil en sus tiempos o como intentó a España Las goleadas de España ante Ucrania (4-0) o Argentina frente a Serbia y Montenegro (6-0) fueron una orgía de fútbol. ¿Alguien se acordará de ellas dentro de varias décadas? No, lo único que perdurará fue el triunfo de Italia. No es el método más atractivo el de Lippi, pero debemos elogiar su triunfo. Bravo.


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Fotos: www.gazzetta.it