Pero, afortunadamente, nadie puede manejar ese punto de improvisación que hace del fútbol eso que tanto gusta: un espectáculo. Por eso digo que algunos gurús de las tácticas tendrían que aprender de Oleg Blokhin, entrenador de la selección de Ucrania. Cuando el partido de octavos de su Selección llegó a los penaltis ante Suiza, Blokhin apeló a una estrategia poco convencional:
“La tanda de penaltjs es como una ruleta rusa. Estoy muy contento. No vi los lanzamientos porque me retiré a los vestuarios. Ya no aguantaba más. Tras 120 minutos de partido, la situación me superó. Les dije: “Chicos, decídanlo ustedes. Quien quiera tirar que tire”.Claro está, con el entrenador (cardíaco) en el vestuario y sin ver la tanda, Ucrania ganó a Suiza. ¿Qué pensará Koebi? ¡Viva el libertinaje! Poco a poco, el fútbol actual ha intentado controlar todo: hasta esa dosis de creatividad que pone patas arriba a un partido. La idiosincrasia actual tiene algo que ver con el ajedrez: se intenta prevenir cada movimiento con precisión quirúrgica. Aunque habrá algunos que critiquen la actuación de Blokhin, muchos tendrían que aprender. Al fin y al cabo, los que juegan son los futbolistas.
Foto: AFP
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